Grandes y chicos, protectores y cariñosos; tres profesionales nos comparten algunas claves para cuidarlos y entenderlos cada vez más.
18 mil años. El hombre y el perro han protagonizado la historia de fidelidad más larga de todos los tiempos. Pero después de tanto tiempo juntos, todavía nos queda mucho por aprender. Por eso, compartimos algunas claves de convivencia con nuestros compañeros caninos.
1 – No subestimar la desparasitación
Las veterinarias Alicia Piorno y Graciela Carbajo nos explican que este es un tema crucial cuando se trata de la salud de los perros y también, de las personas. Existen enfermedades parasitarias como la hidatidosis, endémica de varias zonas del país, que se transmiten del animal al ser humano. Las personas infestadas sufren de quistes en los pulmones o el hígado que pueden provocar náuseas, tos crónica y hasta dolor en el pecho y el vientre.
¿Cómo se transmite? “En algunas zonas, las personas les dan de comer a sus perros vísceras crudas de vaca, oveja o cerdo. Esto es muy peligroso porque las vísceras pueden alojar a los parásitos que ocasionan esta enfermedad”, nos explica Carbajo, veterinaria en Tienda de Mascotas en San Martín de los Andes. El contagio puede darse cuando nuestro perro nos lame o nos da besos. Además, las heces infestadas pueden contaminar el agua, las verduras y hasta a otros animales.
Las especialistas nos explican que hay dos acciones muy simples para prevenir estas enfermedades:
- Informarnos: conocer los posibles focos de contagio
- Desparasitar a nuestra mascota: cuatro veces por año, en el caso de la zonas urbanas de la Patagonia, y cada 45 días en zonas rurales.
2 – Un perro seguro es un perro feliz
Para un perro, su familia es su jauría y en una jauría existen jerarquías. Si las personas no toman su liderazgo, es posible que el animal ocupe ese lugar. “Cuando decidimos sumar una mascota a la familia, es importante hablar entre todos de lo que está permitido y lo que no, y mantener esos acuerdos desde el minuto uno”, explica Carbajo.
Los límites son necesarios para que los perros vivan en un ambiente seguro. “Un perro seguro es un perro feliz. En cambio, un ambiente sin límites le genera una tremenda inseguridad: el perro aúlla, salta y hasta muerde”, nos advierte Piorno. Ambas veterinarias coinciden en que un perro feliz es bueno para la familia y el entorno. “Es muy triste ir de visita a una casa y ver al perro alejado en un rincón por su mala conducta”, ilustra Piorno.
3 – ¡A jugar!
“La falta de juego y de paseos provoca la mayoría de los problemas de conducta en los perros”, asegura el instructor canino Juan Pablo Mastrángelo quien trabaja continuamente con Tienda de Mascotas en Puerto Madryn. Ambas actividades son fundamentales para el desarrollo integral de nuestra mascota y muchas veces, no se les da la importancia que merecen.
“Los perros descienden de los lobos y de allí proviene su necesidad imperiosa de cazar”, explica Mastrángelo. “Tenemos en casa un cazador que no caza”. Una manera de canalizar ese instinto es a través del juego consciente. “La persecución es una conducta típica de caza. Entonces, si atamos una pelota a un palo y hacemos que el perro la persiga, la pelota reemplaza a la presa y dejamos que el animal canalice su instinto hacia ese juguete”, dice. De esta forma, el perro se desarrolla en equilibrio con sus instintos.
4 – Vamos de paseo
“Para el perro, el paseo representa una actividad fuera de lo habitual: se encuentra con otros perros, con personas, se distrae y sociabiliza”, describe Mastrángelo y agrega: “El paseo fortalece el vínculo con nuestra mascota”. La falta de paseo genera una sensación de encierro y aburrimiento, derivando en una mala conducta. “Sin el paseo, cualquier cosa que pase en el ambiente es una gota que rebalsa el vaso y los desequilibra: se exacerban cuando saludan o son poco obedientes”.
Y eso no es todo, cuando pasean, el animal ejercita un aspecto muy importante de su instinto cazador: el olfato. “Para los perros, el olfato es como la vista para nosotros”. Por eso, Mastrángelo recomienda dejarlos que olfateen lo que necesiten y no sacarlos bruscamente: “Es como si estuvieras leyendo una conversación de whatsapp y de repente, te sacan el celular de las manos”.
5 – No humanizar la alimentación de nuestra mascota
“Los perros no pueden llevar la misma dieta que lleva un ser humano. La nutrición para una mascota es diferente y no hay que humanizarlos en este sentido”, explica Carbajo. “La mascota puede estar alimentada como el dueño decida: alimento balanceado o casero, ambos son una buena opción”, agrega Piorno.
“Pero la comida casera no es solamente carne, arroz o polenta. Muchas veces, la gente no tiene el tiempo necesario para prepararle comida y terminan comiendo polenta, y eso no es sano para la mascota”, dice Piorno.
6 – Tratar al perro como un perro
“Los perros son maravillosamente perros”, dice Piorno quien explica que tratarlos con criterios humanos, no es sano para ellos. “Los perros no piensan como nosotros y no eligen en base a nuestros criterios. Ellos son más simples”.
“Humanizar a un perro es pensar que hace cosas por venganza o a propósito y esas actitudes son humanas, no caninas”, explica. Hay otros motivos por los que los perros hacen lío: pueden estar aburridos o sentirse inseguros. “A veces prefieren una corrección de nuestra parte antes que la indiferencia”, dice Piorno.
Pasaron miles de años, pero todavía tenemos que conocer a nuestros perros y entender su lenguaje. Y como ya se viene el Día del Animal, desde Tienda de Mascotas lo celebramos a lo grande ¡Enterate qué se viene en tu ciudad y venite a festejar con ellos en su día!